viernes, 24 de junio de 2011

Fuckin.

Estoy empezando a odiar la fuckin etiqueta Salame Boy .
Si no la viste hasta ahora.. bueno, te enteraste que existe. 
¿Por qué se tiene que repetir tanto?
Como si no tuviera otra cosa de qué hablar que no fuera del salame.
Me parece que, en serio, no tengo otra cosa de qué hablar.
Ya no me tendría que sorprender al descubrir que tengo problemas ¿no?

Despertá!

Okey. En estos momentos estoy atravesando uno de esos momentos de bajón irracional. Ese extraño peso en el estómago, los hombros tensionados, el leve dolor de cabeza, ideas un tanto pálidas y postura negativa involuntaria. Ah, fundamental: las razones del bajón, no dan para bajonearte. No son para tanto. Pero te dan la sensación de que estás tragando cascotes, acompañados por Terma de limón, sin soda. A secas.
Es que.. nadie me responde! Quería hablar especialmente con tres personas. Con mi mejor onda fui y les hablé, pero su respuesta jamás llegó. Y me quedé ahi esperando que contesten con un simple "Hola! Cómo estas? Qué hacés? Todo bien?". ¬¬
Sólo una de esas tres personas me respondió. Pero me pareció que no quería hablar conmigo. En realidad, siempre tengo esa sensación, excepto cuando es él quien me habla. Como sea, para mí que no tenía ganas de hablar conmigo, y cuando intenté sacar tema de conversación me sentí muy goma. Detesto sentirme goma o confite. Por ende le dejé de hablar. Y me quedé sin conversar con nadie. 
¡Sí, soy re RE susceptible! ¿Y qué? No es mi culpa que me esté por venir.(?    Sí, me puse triste porque no me respondieron en el momento. Sí, me dio por las pelotas que no quiera hablar. Sí, me amarrrrga que responda tan cortado, que jamás muestre interés, que yo tenga que hacer el doble de esfuerzo para sacar adelante una conversación y encima sentirme re pesada. O sea.. ¿Qué me falta para darme cuenta de una vez que el flaco es rarito y no puedo hacer nada por cambiarlo? ¿Por qué lo quiero cambiar? Me dijeron que me gustan los desafíos, que por eso ando atrás suyo todo el tiempo. Generalmente me siento mal después de hablar con él; pero tambien me siento mal si no hablo con él. No lo entiendo, no me entiendo. No sé prácticamente nada de él, pero él sabe mucho menos sobre mí. No le interesa. A ver, Magalí no-le-interesa. Abrí los ojos, pendeja! Despertá! ¿Necesitas que ponga un despertador o qué mierda? Me tengo harta, ya no me soporto. 


lunes, 20 de junio de 2011

Celos al poder.

NAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
SE HABIAN PELEADO!
ESTABAN BIEN ASI!!
QUÉ NECESIDAD? QUÉ NECESIDAD DE VOLVER A AMIGARSE?
POR QUÉ LA AGREGÓ AL FACE?
(inserte serie de puteadas aquì)
JODEME QUE SE SIGUEN HABLANDO.
La re concha del pato. Celos al poder. 

jueves, 16 de junio de 2011

Ella está en el medio

Esa maldita. Yo sé dónde está él cuando no quiere salir conmigo. Él no me miente al respecto, solo oculta.
- Ya arreglé con los pibes, gordi. Salimos mañana. -  Ya arregló con sus amigos, es cierto. Sus amigos van a su casa, o él los visita a ellos. Pero yo sé que ella está en el medio. Siempre. Aunque no la nombren, porque es como uno más. No, en realidad no lo es. Ella es especial, es indispensable, si ella no está, a mi novio y a sus amigos les falta algo. Se nota su ausencia. Lo sé, porque lo vi con mis propios ojos. No tratan de disimularlo. Algunas veces, cuando visito a mi novio, y más tarde llegan sus amigos, no falta quien pregunte por ella. Incluso en ocasiones es mi propio chico el que sale a buscarla; y yo ahí, sentadita en el sofá, detrás de todos los pibes, mirándolos como pelotuda. Mirándolos mientras se apiñan a su alrededor, mientras la manosean. Se turnan, pues no pueden tocarla más de dos a la vez. Tienen infinidad de juegos, para jugar con ella, me refiero. Por lo general, solo utilizan dos o tres, por lo general, intentan imitar lo que ven por la televisión. Y yo, mirándolos. A veces me invitan a unirme, pero siempre rechazo la oferta. No es lo mío, no me gusta. Pero los respeto porque se ve que a ellos sí les gusta. Les encanta. Cuando digo que no, no insisten. Ni siquiera mi novio. Por lo visto, mi participación es irrelevante. Pero la suya, la de ella, necesaria. Sin ella no podrían jugar. Te estarás preguntando por qué nunca hice nada, por qué siempre me quedo mirándolos disfrutar de la compañía de su adictiva amiga, por qué no reacciono. Bueno, la respuesta es simple: sería muy exagerado hacer una escenita por su culpa. Es infinitamente ridículo que sienta celos de esa… cosa. Después de todo, yo soy una persona íntegra, decente. Ella es, simplemente, un objeto. Solo sirve para jugar. Solo la buscan para eso.  
Pero todo tiene un límite. Es viernes, mis amigas se fueron a patinar a Palermo, y yo no fui porque planeaba salir con él. Pero no, estoy sola como un perro, en mi casa.
- Ya arreglé con los pibes, gordi. Salimos mañana. - Lo mismo me dijo ayer. Y no puedo llamar a mis amigas y decirles que estoy en camino, porque justo antes de irse, ante mi negativa, me mandaron a cagar. Me dijeron que siempre hacía lo mismo, que ya casi ni las veía, que estaba todo el tiempo pegada a mi novio. Es que ¡tienen que entenderme! ¡Solo quiero salir con él! ¡Verlo fuera de la escuela! Pero el señor está anonadado con su amiguita, con su juguete, llama a un amigo o dos y organizan un nuevo partido con ella. Ella está en el medio, siempre. Basta.
Agarro las llaves y el celular, le aviso a mi mamá que voy de mi novio, y camino las diez cuadras que me separan de su hogar, a toda velocidad, pasos largos, labios fruncidos y mirada furiosa. Busco el timbre que corresponde a su departamento, 17 B, y lo presiono con más fuerza de lo normal. Siento la agresividad correr por mis brazos, la adrenalina tensar mis hombros.
- ¿Hola? - dice la voz de mi chico por el portero eléctrico. Respondo con una bronca contenida. - Ah, subí, nena. - Gordi. Nena. Esos apodos que me pone con todo su cariño. Me pregunto cuáles serán los apodos que le ponen a ella. Me parece que no tiene. La llaman por su nombre.  El ascensor sube hasta el piso diecisiete a una velocidad desesperantemente lenta. Al fin llego al piso deseado y aporreo la puerta de mi chico. Me recibe con una sonrisa y un intento de piquito, que yo ignoro olímpicamente.
- ¿Te pasa alg…?– pregunta, confundido ante mi repentino rechazo.
- ¿Con quién estás? – inquiero, fulminando con la mirada todo a mi alrededor.
- Con Alan y Pablo.. ¿Por? Eh, ¡¿Qué hacés?!
Tarde. Yo ya le di la espalda y camino pisando fuerte hacia los dos amigos de mi novio. Tal como pensé, están jugando con ella. Se acabó. Aparto a los dos chicos de un empujón, y me abalanzo hecha una furia sobre esa cosa. Objeto estúpido, inútil. Y no se defiende. La boba no puede defenderse; eso simplificaba mi trabajo. La levanto con mis manos sin esfuerzo, es liviana y fácil de transportar. La desconecto de todo, pasando por alto las crecientes quejas de los chicos.
- ¡Pará! ¡Pará! ¡Loca! ¡Dale! ¡Traéla acá, boluda! ¡Estás re loca! – vociferan ellos, a tiempo que intentan detenerme. Pero es imposible, yo soy más ágil y pequeña, y los esquivo sin dificultad. Salgo al balcón aún con la maldita cosa firmemente agarrada. Sin pensarlo dos veces, en un arranque homicida, la tiro al vacío.  Observo con expresión trastornada todo el recorrido. Da muchas vueltas en el aire, aunque parece caer en cámara lenta los diecisiete pisos. Dramático. Ni me volteo a ver las caras horrorizadas de los chicos. No me importa. Me acabo de deshacer de mi mayor enemiga. Al fin golpea contra el frío asfalto. El plástico se quiebra y se dispersa en pequeños y puntiagudos fragmentos. Ahora puedo ver los cables, y otros pequeños circuitos que conforman su interior. Seguro ya no tiene arreglo. Y cuesta mucha plata, mi novio va a tardar bastante en conseguir otra igual. Obviamente, la próxima correrá la misma suerte que ella. Terminará echa pedazos contra la vereda.
Los gritos enfurecidos de mi novio llegaron a mis oídos.
- ¡No! ¡Estás re loca, Guadalupe! ¡Sos una pelotuda! ¡Ahora me vas a comprar otra Play Station! ¿Me escuchaste? ¡Con tu guita! Salí de acá, enferma. Me vas a comprar otra Play Station.  Ah, y lo nuestro se terminó.

jueves, 9 de junio de 2011

Bueno

¿Viste cuando no sabés qué pensar, cuando te confunden, cuando te tiran "señales", o lo que vos pensas que son señales, pero que se contradicen entre sí y logran hacer de tu cabeza un nido de ideas sueltas que no encajan de ninguna manera unas con otras?

Bueno.

lunes, 6 de junio de 2011

Síndrome "Pájaro de Twistos"

Muro de un salame.
Salame y Rubia ahora son amigos.
Cabeza de Magui:
Se la está chamuyando. Se la está chamuyando. Mientras vos no le hablás, se la está chamuyando. Chamuyando. Sí, sí, a la rubia. Se la chamuya. Y vos no le hablás. No le hablás y se la chamuya. Es tu amigo. Tu amigo es. Nada más. A vos no te chamuya. Se chamuya a la rubia. Y no te habla. No te habla y no le hablás. Le habla a la rubia. A la rubia. Se chamuya a la rubia. A vos no. A la rubia. Se la está chamuyando. 

Sin duda, esto es el Síndrome del Pájaro de Twistos. ¿Viste esa propaganda? Esta propaganda. (click) 
Y me temo que estoy enferma de eso. Porque me pasa seguido, y no solo con temas relacionados a los salames.  Tambien se pueden parecer a:
Mañana tenes geografía. Geografía, mañana. No hiciste la tarea. La tarea de geografia. No la hiciste. No la vas a hacer. Si te llama te pone un uno. Un uno te pone. Porque no hiciste la tarea. Y mañana tenés geografía. Geografía. Con la Malaspina. Sí, la tarea. Y no hiciste la tarea. 
Solo que a veces es fácil ignorar al pájaro (como en el caso de la tarea de geografía), pero muchas otras es casi imposible (nótese en el caso del salame y la rubia). En realidad hace muchísimo que tengo este síndrome, pero nunca lo había asociado con el pajarito de la famosa propaganda. ¿Por qué me di cuenta ahora? No sé, pero hoy me percaté de que es muy similar la "estructura" de las frases de mi pensamiento y las del pájaro. Onda, cortitas, directas y (aparentemente, supuestamente) verídicas. Te tiran esa verdad (o lo que vos crees que es verdad) de una manera seca y chocante.
Pero apenas descubrí lo que estaba haciendo, me dije Basta! Cortala, Magalí!. Porque.. como bien dijo Mica:
- Tu cabeza hace que se la chamuye. Cortala.
Osea, yo creo que nosotros dibujamos nuestro propio futuro. Con acciones, pero también con nuestros pensamientos. Creo que la mente tiene un gran poder de atracción, y que si deseamos o repetimos mucho una cosa, sea positiva o negativa, esta cosa se acerca a nosotros. Te tiro un ejemplo boludo, que puede parecer una casualidad, o puede no serlo... no lo sé, y la verdad me da lo mismo, pero para este caso me sirve.
Yo cuando era pequeña siempre decía que algún día iba a tener un gato negro de ojos amarillos. De verdad deseaba tener un gato así. Pero mi vieja los detestaba, cualquier tipo de gato. Supongo que tanto lo deseé, que un día, de la nada, apareció un gatito negro de ojos amarillos en el jardín de mi casa. Yo al toque le dije a mi vieja si me lo podía quedar, pero su respuesta fue claramente negativa. Días mas tarde, el gato se fue. Hizo su vida, no sé. Pero meses más tarde encontré un gatito igual, a unas cuadras de mi casa, durmiendo plácidamente en la vereda. Siguiendo un impulso, lo alcé en brazos y me lo traje a casa. Bueno, resulta que hoy vive con nosotros un gato negro, de ojos amarillos, a quien mi vieja ama.

Y creo que el pájaro de Twistos tiene el mismo efecto. Si tanto te repetís una cosa, esa cosa termina pasando. Sea algo que te gusta o algo que no. Por eso me frené, para no hacer lío. Hay que enfocar nuestros pensamientos hacia metas buenas, cosas que realmente deseemos. En vez de pensar Huy, que no me ponga un uno, es preferible pensar, Ojalá que me ponga un diez. Si esto va acompañado de las acciones que realizamos para alcanzar nuestro objetivo, creo que tenemos el éxito asegurado.


Por eso, Pájaro de Twistos, volvete al árbol. 

sábado, 4 de junio de 2011

Este día quedará en la historia

Viví la experiencia de pisar el colegio un sábado para tener dos horas de clases.
Por la culpa de un par de giles que hacen amenaza de bomba. 
Este día quedará en la historia del Cristo Rey.
Ay, las vueltas de la vida.