Tardé mucho en llegar acá. Casi dos días. Es mucho tiempo. ¿Vas a llorar, otra vez? Sí... vas a llorar.
Me arrepiento tanto. No te confundas, no me arrepiento de vos; me arrepiento de mí. De lo que dije, de lo que creí. De lo que creí. De eso me arrepiento. De dejarme llevar tanto.
¿Lo peor? La duda. Es inevitable, mi mente ya estuvo haciendo de las suyas. Haciendo sufrir a mi corazón. ¿Cuánto de lo que dijiste fue cierto? A lo mejor todo, tal vez nada, capaz que algunas cosas... Sos impulsivo, ya te lo dije, vos lo dijiste. Y yo una influenciable, yo lo pensé, yo lo sabía.
Tres días antes ya sabía que algo iba mal. Te lo dije, se lo dije. Tu actitud, una fecha y una foto, hicieron que yo adivinara toda la historia; fue demasiado obvio, o yo tengo una imaginación muy acertada. Me embargó la misma sensación que sentí cuando nos encontramos tras tu llegada de Bariloche. Esa presión en los costados del estómago, los huesos que se ponen más firmes de lo normal intentando sostenerme. Y el nudo en el pecho, implacable, que le avisa a los oídos que van a oír lo que, en realidad, ya sabían, pero que duele. Solo una confirmación. Sin embargo, no deja de ser una duda, hasta que tras mis insistencias tuviste que admitir lo obvio.
Creo que necesito un tiempo, estoy confundido.
Para mí, esa fue la noche del apagón. Cuando todas las luces de las ilusiones son repentinamente quebradas, tapadas, nubladas, rotas. Wow, cuánto drama ¿no? No parece, cuando estoy con vos me esfuerzo en que no se note, pero es mi especialidad.
¿En serio pensaste que podía tomarme todo con tanta tranquilidad?
Despues de la lluvia, el perfume de la angustia
Y el sonido del silencio que dejás cuando te vas.
Es rara esa sensación, viajar hacia un lugar cuando sabés que lo próximo que vas a escuchar es un anuncio de abandono. Pero me hiciste sentir bien. No sé como carajo lo lograste, pero me hiciste sentir bien. No lo tuviste que haber hecho. Ahora no puedo evitar preguntarme cuántas de esas cosas fueron puro verso para que no llorara. Cuántas mentiras blancas, pero mentiras al fin, me creí.
Estoy más obsesionado, que otra cosa. ¡Mirá la chica hermosa que me estoy perdiendo! Quiero olvidarme de ella. No te quiero perder. Siempre voy a estar con vos, cuando lo necesites, yo voy a estar ahí.
No sé cuál creer, cual no. Como dije, lo peor es la duda. Aparentemente vos estás lleno de esas, así que ya te dije. Cuando te aclares, cuando te decidas, si querés, vení a buscarme. Mientras pensaba: si estoy dispuesta, bien. Si venís y yo estoy en otra... mala suerte.
Vas a encontrar a otro mucho mejor que yo.
Me acordé. Dijiste esa frase, y confirmó una despedida definitiva. La remota posibilidad que insinuaste, la de volver en algún futuro, se hizo pedazos. Yo te miré, nada más. ¿Qué iba a hacer? No soy capaz de decir "SEGURO" en tu cara. Como si te fuera a lastimar. Ojalá leas esto.
Hablarte hoy fue el mayor error que cometí luego de decirte que me parecía bien que seamos amigos con derechos. Me pediste perdón, te dije que estaba todo bien, y me cansé de mentir. Todavía espero mensajes tuyos, me siento idiota. ¿Cómo podés engancharte tanto en tan poco tiempo, Magalí?
Corazón, qué caros son los precios del amor!
¿Vos estás todo bien, gorda? Ponele, que se yo. Vos? Bien, que se yo, tranqui. Buenichimo. Igual si vos querés cuando me voy a acostar te llamo. ¡¿PARA?! HABLAR. ¿¡DE QUÉ?! Si querés, sino no. Evidentemente a vos te cuesta menos que a mí :P. :( No, dejá, no te llamo, gorda. Gracias. Perdoname, Magui.
No te encontré en el centro hoy,
y una secuencia de terror,
y lloré la noche del apagón
y simplemente pasa que tengo ganas de verte...
Te quiero :)
Yo más.
(silencio)
Sí, yo más.