miércoles, 30 de noviembre de 2011

Menos mal

Okey, error mío. Me hice la cabeza al toque. Lo admito. Resulta, para mi alivio, que la hipótesis de la entrada anterior es falsa. Ahora me siento bien. Menos mal que decidí comentar el tema con Flor. Sino, ya me estaba subiendo por las paredes. Lo admito, mea culpa. Yo también me equivoco, por si todavía nadie se dio cuenta. ß insert tono irónico aquí

Me río de vos

JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA
Suponía que tenías un problemita con la soledad. Ok, mis hipótesis no tienen más evidencias que una foto y dos comentarios, gentilmente facilitadas por el mejor agente de mi cuerpo de detectives: Facebook. No son muchas evidencias, lo sé. Me estoy apresurando en sacar conclusiones, lo sé. Cualquiera dudaría de la veracidad que Facebook otorga, lo sé. Pero el mini cuento que me armé basándome en esta foto y sus dos comentarios, me hace reírme de vos. Sí, de vos. Ilusionista, Azúcar amargo. Ya sé que parezco una absurda resentida, pero ¿Qué querés que le haga? No me resulta fácil dejar ir a las personas. Cuando siento, siento en profundidad. No escarbo en relaciones superficiales como si pretendiera encontrar petróleo cuando en realidad no quiero darle uso. Cuando es solo un capricho, una excusa para sentirme más importante. Ah, perdoname ¿Eso no es lo que hacés vos? 
¿Qué, estás haciendo lo mismo con ella, con la nueva? ¿O ya pudiste olvidar al objeto de tu eterno amor? Cuánto aprenderíamos si charláramos un rato con las ex de nuestros novios ¿no? Sin rencores, sólo advirtiendo y escuchando. Como compañeras.  
Me río de vos. Si mis suposiciones son ciertas, tenés un problema. Ok, todos tenemos problemas. El mío, es aferrarme demasiado a las personas. El tuyo, no poder estar solo. ¿Qué onda? ¿Cómo esperás salir de tu confusión si no te tomás un rato para conversar y relacionarte con vos mismo? Me das risa. Ojalá mis carcajadas irónicas resuenen en tu cerebro mientras estudias para las materias que tenés que rendir en diciembre. Ojalá tengas que volver a rendirlas en febrero. Ojalá. 

martes, 22 de noviembre de 2011

La caja de cemento

Todo está oscuro. Sentada sobre cemento frío, en una habitación vacía y estrecha. Ni un ápice de luz. ¿Cómo sé, entonces, que es estrecha y está vacía? Bueno, es que siento el halo helado de las paredes muy cerca de mí, como si estuviera metida en una caja de material gris. Materia gris. Dura y gélida como el acero, pero rugosa como una pared de cemento. Carente de muebles, lo sé, porque no percibo la calidez que una madera puede proporcionar, ese simple vestigio de que allí hay algo que alguna vez tuvo vida, que antaño fue un árbol desperezándose hacia la luz del sol. ¿Sol? Tan solo una palabra. Rápidamente olvidé cómo se siente la "calidez" que suele transmitir el astro. Ni siquiera yo transmitía mucha vida. Una presión en el pecho, como una piedra redonda, plana y pesada metida entre los pulmones y las costillas, me impedía respirar con normalidad. Los hombros en tensión, que junto a la cabeza ladeada, desganada, inerte, me daban una postura semejante a la de un espantapájaros. Así es como siento yo la culpa. 

Un golpecito en el medio de la cabeza me avisó que ella había vuelto. Diminuta, sin superar los cinco centímetros de alto, pero imponente, con guardapolvo de maestra y boca ancha de labios fruncidos; como un sapo. Flotaba en el aire acompañada por el zumbido que producían sus alitas de mosca en movimiento. Con su dedo puntiagudo golpeó mi cabeza dos veces. Partiéndome en cada impacto, graficando mi dualidad. 
- Es tu culpa, es tu culpa, es tu culpa - canturreó con una voz chirriante, y tono desproporcionadamente infantil. -. Nunca deberías haber abierto la boca. Tenés tanto que aprender, tanto que aprender. 

Siempre su monólogo empezaba así. Tenés tanto que aprender. Sí, es verdad. Y ella sabía, tanto como yo, qué defecto me había traído tantos problemas en las últimas semanas. Algo que debía cambiar, por más dificil, complicado e inconsciente que parezca. Es que no me doy cuenta, no pienso. Ocurre en esos momentos en que dejo descansar a mi cerebro. Grave error. Luego termino dentro de él, en una caja de cemento, y ella viene a atormentarme. Mi castigo.

- ¿Viste? Boca floja. Buchona, cotilla, liante, novelera, enredadora. Eso es lo que sos. Ahora hacete cargo, ahora bancátela. Chismosa. Bien merecido tenés si los dos dejan de hablarte. Si te sentencian con su silencio. Bien merecido, por cizañera. Por tomar partido, por anteponer uno al otro, y pretender que todos piensen que sos imparcial. Por cuentista. No te podés callar la boca ¿no? Nunca. Si no hablás de los demás, no hablás de nada. No tenés vida. Aprendé a serte fiel y dejá de cagarle los secretos a los demás. No se te puede contar nada. Botona. Si no tenés privacidad ni siquiera con vos misma, ¿cómo pretendés mantener en privado algo ajeno? Se empieza por uno. Ahora jodete. Llorá todo lo que quieras, hacete la cabeza, fingí que no es tan grave. Total... las cosas no cambian. Sabés que de alguna u otra manera vas a terminar encerrada acá. Egoísta. ¿Elegir? Decís que no querés elegir, y en realidad ya lo hiciste hace mucho tiempo. Buscás excusas que justifiquen tu elección para que los demás no te acusen de traidora, o infiel. Intentás que estén de acuerdo con vos, que crean lógica tu decisión. Pero dale, no engañas a nadie, todos saben que no sos sincera. Mentirosa. Ahora pudrite en la caja. Pagá las consecuencias, si querés pedí disculpas. Si te las aceptan o no, eso quedará a tu suerte. Pero nunca fuiste muy afortunada ¿no? El azar no es lo tuyo. No sé, fijate. 

Y se fue. El zumbido de las alas de mosca desapareció, dejó de golpearme la cabeza y me encontré sola otra vez. La caja de cemento no había cambiado para nada, las sienes me ardían, el pecho se me cerraba y el cuello me dolía. Nada había cambiado en realidad. Seguía encerrada en mi culpa, en mi castigo. Solo que ella, la que siempre me dice todo en crudo, sin anestesia, había dado su veredicto. Y ahora no podía evitar pensar que todo lo dicho era absolutamente real. 

domingo, 20 de noviembre de 2011

Quisiera

Ya escribí y borré como unas tres o cuatro veces, y no me decido a publicar nada. Usurpo la cuenta de otra persona y juego a la espía. Como me gustaría usurpar tu cuenta.

Cómo quisiera ser hacker,
 y utilizar esa capacidad para poder enterarme de todo. Ser invisible, pero omnipresente. 
No te das una idea de las ganas que tengo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Aprendí

Aprendí dos cosas.

Uno. OKEY, lo admito! Soy celosa. Nunca lo noté, nunca me lo creí, y por lo tanto nunca lo demostré, pero aunque lo negaba, lo sentí. Sí. Morí de celos, varias veces. Y no solo celos "amorosos". Osea, sufro de CELOS. Así, en general. Celos por mi mamá, celos por mi padrino, por mi viejo, por mis amigos, por mis mascotas, celos por los chicos que me gustan, por situaciones. En mayor o menor medida, todo me da celos. No solía aceptar ser celosa porque yo creía que yo misma detestaba a la gente celosa. Pero ¿sabes qué? Me encanta que me celen. No en exceso, claro, pero me gusta que reclamen mi atención. ¿Eso tendrá que ver con mi ego? 
Me jode muchísimo quedarme afuera, sentirme excluida, pero es imposible ser parte de todo. Así que es un problema mío, que tendré que charlarlo con mi psicóloga.


Y, a estas alturas, me olvidé cuál era la segunda cosa que aprendí.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Resulta Imposible



Una guitarra por demás desafinada,
un frío alquimista que todo transforma en hielo.
Una canción que de movida está arruinada.
y un autoestima, ya muy adherido al suelo.

Las esperanzas guardadas en un cajón,
no tienen pilas, yo que más le puedo hacer.
Por dios que difícil que se hace componer
cuando me falta tu calor.

Y me resulta imposible
sacarla de mi cabeza
un camino de ida y vuelta
que termina en la cerveza
en la cerveza...

Y ruego a dios que esto termine
para poder ser el de antes,
que no llora por mujeres
y tiene siempre un amante...
siempre un amante...

Ideas que vuelan pero que nunca aterrizan
metáforas como cuentos sin moraleja.
Del quinto piso está chistándome una vieja
que como yo ya se olvidó de las sonrisas.

Un verso triste que me acaban de vender,
y lo zapatos que me aprietan el talón.
Disculpen que sea tan triste mi canción,
es que no la volveré a ver.

Y tengo miedo a equivocarme,
a sufrir, ser lastimado,
equivocarme es algo humano
pero amarte es un pecado....
es un pecado...

Y ruego a dios que esto termine
para poder ser el de antes
que no llora por mujeres
y tiene siempre un amante...
siempre un amante...

Porque conozco yo el calibre de tus besos,
ya no me dejo asesinar por esa boca.
No pongo un pleno, más por vos, no tengo un peso,
mejor le cedo a otro el turno que me toca...
que me toca...

Y tengo miedo a equivocarme,
a sufrir, ser lastimado,
equivocarse es algo humano
pero amarte es un pecado....
es un pecado...

Y ruego a dios que esto termine
para poder ser el de antes
que no llora por mujeres
y tiene siempre un amante...
siempre un amante...

Y me resulta imposible
sacarla de mi cabeza
un camino de ida y vuelta
que termina en la cerveza
en la cerveza...

sábado, 12 de noviembre de 2011

No te aferres

Mirá como son las cosas, se podría decir que la suerte todavía me tiene un poquito de consideración , porque cada vez que tengo que pasar por situaciones así, tan imprevistas y alarmantes, siempre siempre estoy en compañía de una amiga. Sin previo aviso, eh. No es que digo: uy, hoy Sugar (¿Sugar? Ese apodo ya no es para él. Manojo de Confusiones, Impulsivo, Ilusionista. Eso le quedaría mejor. Mi ilusionista)... No es que digo: uy, hoy Sugar Boy me va a hacer sufrir, mejor llamo a mis hermanas del alma para que impidan que rompa el teclado de la compu a cabezazos. No. Por eso, ¿viste cómo son las cosas?
No te puedo explicar cómo me sentí ayer. Bueno, sí te puedo explicar. Básicamente, bronca. Me da bronca. Mucha. Osea, mis investigaciones -que nada tienen que envidiar a las del FBI cuando estoy un poco desesperada- indican que ya no es tu amiga en Facebook. ¿Okey? Ella ya no es tu amiga. Yo, sin embargo, sigo ahí, estudiando tu Muro y esperando que estudies el mío. ¿Lo hacés? ¿Eh? ¿No me extrañás aunque sea un poquito?. Bien, sabiendo que ella no leerá tus publicaciones y yo si, teniendo en cuenta eso..
¿Por qué escribís esas cosas? ¿Me querés destruir? ¿Qué estas buscando de mí? Diría Axel, en otra de sus canciones que irrevocablemente me llevan a vos. 
Ya está en otra, dijo mi vieja, que también a menudo cumple el rol de psicóloga express, amiga, consejera. Sí, ya me di cuenta que evidentemente estás en otra. Y me duele que yo haya sido un "amor" pasajero, distracción, una especie de experimento para ver si eras capaz de olvidarla. Mirá como son las cosas... yo llorando por vos, que no me correspondés. Vos llorando por ella, que no te corresponde. Me hubiera gustado que sintieras lo mismo por mí, se podría decir que te entiendo. Pero ahora te quedaste sin el pan y sin la torta. 
Ya me lo habían dicho.
Yo que vos lo elimino ya, me dijo aquel Salame, el que nunca se fue, el que nunca dejé ir. Y me alegro de que todavía esté acá. Es el único que ameniza el dolor que me provocás vos. Si bien en parte, suaviza mi dolor con más dolor, pero ya estoy acostumbrada, estoy curada de espanto con sus idas y vueltas, aprendí a verlo como amigo, no me veo con él como me veo con vos. Es complicado. Si bien Salame en estos momentos me beneficia más que vos, sé que no quiero estar con él como quiero estar con vos. Él podría lastimarme mucho más. No te creas la gran cosa. Yo no debo creerte la gran cosa. Me cuesta. 
Por lo menos no lloré -tuve ganas, lo admito, pero no las suficientes para que las lágrimas corran-. Tuve ganas de destrozar cualquier objeto que estuviera a mi alrededor. Tuve ganas de gritar, arrancarme los pelos, putear en cinco idiomas. 
Ahora trato de ser más cuidadosa, la experiencia con Sugar me dejó una especie de  moraleja: 
No te aferres.
Y bueno, a mí me gusta entender las cosas basándome en mi propia experiencia. Tenía que pasar por esto.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Hobbie

Nuevo hobbie: Descargar libros de internet.
Hobbie Recuperado: Leer
Víctima 1 del nuevo hobbie recuperado: Chubasco, by Cielo Lantini.
Estado de la víctima: libro terminado.
Combinación casi perfecta: internet + lectura + gratis
Único defecto: ojos enrojecidos, salidos para afuera. Tiempo reducido de lectura.

Me siento bien. ¿Sabían que si un libro me atrapa, entro en trance? Extrañaba esa sensación.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Déjalo

Si lo amas, déjalo ser
Si lo quieres, déjalo volar.
¿Qué tan real es esta frase? ¿No hay que luchar por lo que uno quiere? 
Pero.. ¿Y si es él quien decide volar? ¿Le impedirías ser feliz? 

Porque tanto te quise, y tanto te quiero
Siempre una marca tuya llevará mi corazón

Sin trabas

Está todo bien, más que genial. Ya te dije, me caías bien incluso antes de conocerte; y ahora que tengo la oportunidad de conocerte en serio, una vez más, solo confirmo lo que ya sabía. A pesar de lo complicado que me puedas parecer a veces, si la cosa sigue, creo que encontré en vos un amigo impecable. 
Pero algo me impide soltarme del todo; hay una traba. No te digo todo lo que pienso, aunque sean puras jodas. Me ahorro muchas contestaciones que podrían sonar creativas y seguir divirtiendo la conversación, porque me da miedo que se presten a malos entendidos. La traba, no es la posible confusión en sí, sino la persona que podría confundirse, interpretar erróneamente las cosas. Y, la verdad, prefiero ahorrarme los problemas; ya que ella, la persona, también me cae genial, y no quiero que piense cualquiera. 
Pero bueno, independientemente de sobre quién esté hablando (detesto hacerme la misteriosa, pero no se me ocurre ningún pseudonimo que no sea demasiado obvio), la traba está, y me molesta. 
Quisiera ser completamente libre, decirte lo que me plazca, no cuidar la imaginación de nadie, poder ser completamente transparente y no medir confianzas. Quisiera que todo fluya sin trabas.