miércoles, 2 de noviembre de 2011

Sin trabas

Está todo bien, más que genial. Ya te dije, me caías bien incluso antes de conocerte; y ahora que tengo la oportunidad de conocerte en serio, una vez más, solo confirmo lo que ya sabía. A pesar de lo complicado que me puedas parecer a veces, si la cosa sigue, creo que encontré en vos un amigo impecable. 
Pero algo me impide soltarme del todo; hay una traba. No te digo todo lo que pienso, aunque sean puras jodas. Me ahorro muchas contestaciones que podrían sonar creativas y seguir divirtiendo la conversación, porque me da miedo que se presten a malos entendidos. La traba, no es la posible confusión en sí, sino la persona que podría confundirse, interpretar erróneamente las cosas. Y, la verdad, prefiero ahorrarme los problemas; ya que ella, la persona, también me cae genial, y no quiero que piense cualquiera. 
Pero bueno, independientemente de sobre quién esté hablando (detesto hacerme la misteriosa, pero no se me ocurre ningún pseudonimo que no sea demasiado obvio), la traba está, y me molesta. 
Quisiera ser completamente libre, decirte lo que me plazca, no cuidar la imaginación de nadie, poder ser completamente transparente y no medir confianzas. Quisiera que todo fluya sin trabas. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario