martes, 29 de marzo de 2011

Animal Blogget

- ¿Amás a los animales?
- Sí, ¿por?
- Ay no mires este video porque vas a llorar (link) MIRA EL VIDEO.
- No me da curiosidad ver algo que me va a hacer llorar.
- Jaja yo me largué a llorar.
- Qué mal.
- Nunca compres algo de piel. Ahora ya sé cómo los matan para sacarles la piel.
- ¡¿No sabías que los mataban para sacarles la piel?!
- Sí, pero no de esa forma. Haciéndolos sufrir tanto.

Okey. ¿O sea que, ahora que ya sabés que sufren, reflexionás sobre lo malo que es MATAR un animal para sacarles la piel? ¿Recién ahora te parece cruel? Exploté.

- YA QUE MATEN A UN ANIMAL PARA SACARLE LA PIEL ES SUFICIENTEMENTE MALO. NO IMPORTA DEL MODO QUE SEA.

Y esto no es nada. Mantuve conversaciones peores, en las que frases como "Pondría una bomba nuclear programada para que se mueran todos los animales", me hicieron perder los estribos a tal punto de quedarme sin habla y responder con un "Ah, vos sos un pelotudo de mierda, Nabil" cargado de rabia. Obviamente, lo menos que podía hacer era no dirigirle la palabra durante el resto del día. 
Realmente, este es un tema tan delicado como importante para mí. Desde muy, muy chica, los animales despertaron una ternura y un cariño espontáneo, solo con mirarlo. Lo que más me gusta de los mamíferos, especialmente, son sus ojos. Puedo pasarme mucho tiempo observando el iris amarillo verdoso de mi gato, en cuyo centro cambia de tamaño la pupila según la luz. Me encanta fotografiar los ojitos marrón chocolate de mi perro, cuyo irís se va aclarando conforme se aleja de la pupila. Sus pestañas ¡Cómo me gustan sus pestañas! ¡Y las pestañas de las jirafas! Los enormes ojos de los hipopótamos, la dulce mirada de un ciervo, y las inteligentes orbes de un gran felino. Nótese que, si bien me gusta cualquier ser que posea la capacidad de desplazarse, tengo preferencia por los mamíferos. Será que la mayoría están cubiertos de pelo, recordándome a un peluche, o que me resultan más sensibles que los sobrios reptiles, pero me encantan. Me encantan, me encantan, me encantan.
Y me fui de tema. Aunque así lo prefiero, describir todo lo lindo y lo bueno que tienen los animales, y no los aspectos negativos y llenarme de amargura al pedo por las cosas que pudieran decir algunos conocidos respecto a estas hermosas criaturas. 

En algún momento escribiré más sobre esto, supongo. Ahora mi inspiración simplemente murió y tengo sueño (y eso que dormí siesta y son apenas las 9:30. Dios que luser). Así que chau. 


martes, 22 de marzo de 2011

Me obsesionaba

"El misterio que Edward representaba me consumía; aún más, él me obsesionaba. Tonta. Tonta. Tonta. No tenía tantas ganas de huir de Forks como debiera, como hubiera tenido cualquier persona normal y cuerda."

Fragmento del capítulo "El Prodigio" (Crepúsculo), de Stephenie Meyer. 



Lamento informar a mi corazón que me siento ridículamente identificada, salvando las distancias, con aquellas palabras.

martes, 8 de marzo de 2011

Dale al verde

No me considero una persona especialmente valiente; mucho menos directa, admito a mi pesar. Por eso algunas cosas prefiero descargarlas acá antes que decirlas de frente. Porque si bien no suelo ser directa, cuando lo soy, puedo llegar a lastimar... Okey, también cuando no soy directa, lastimo a la gente con mi sarcasmo. Porque a veces las cosas me salen con un poquito de cinismo. Un poquito bastante cuando hay algo que me molesta. Dicen también que tengo pocas pulgas. 

Acá voy.

Me rompe soberanamente las pelotas tu falta de tacto. No. Pará, no te falta tacto, es que sos una persona sumamente desubicada. Y mirá que para algunas cosas trato de ser tolerante. Pero vos te vas al pasto. Te respondo una vez -trece mil quinientas veintiún veces- de forma amable, pero no sabés aceptar una negativa. Insistís, desubicandote cada vez más mientras intentas convencerme de algo con lo que yo no estoy de acuerdo. Pero no puedo decirte "No, porque no quiero", "No, porque tu propuesta me parece completamente fuera de lugar", o "No, porque no sos nadie para decirme qué tengo que hacer". No te lo puedo decir porque sos mi amiga, y esa manera tan bruta de decir que no, solo sería el inicio de una discusión, porque estoy segura de que vos no aceptarías tu error, no me darías la razón y me pedirías disculpas. Te ofenderías. Así que tomo aire y te digo "Y... por ahora no", o busco alguna excusa mínimamente válida y amable. Sin embargo, no te quedás con esa aplacadora negativa. Insistís
Bueno, cuando por fin te digo en un tono impaciente "No, porque esas cosas las tengo que ver yo", o algo por el estilo, te relajás un poco. Y cuando empiezo a descansar... ¡Paf! Saltás criticando, generalizando desde una posición tan soberbia como desagradable. Criticás lo que sabés que es inevitable que yo haga, porque así es la costumbre, así se hace. Y disculpame por no tener tanta personalidad y querer ser tan original y fuera de lo común como vos. Pero creo que seguir la corriente no siempre está mal, mientras te respetes a vos misma. Por eso, no tenés filtro. Sos una desubicada. Y me hacés sentir mal. Solo que en vez de ponerme triste porque te vas a aburrir muchísimo conmigo y mi manera común de ser, me enojo y te respondo con un disimulado e incontenido cinismo. 

Listo. Como dicen en TuSecreto, ME DESCARGUÉ y dale al verde.