sábado, 15 de octubre de 2011

Está bien

No tengo razón. Bah, en realidad no lo sé. A lo mejor tengo razón hasta cierto punto. No me puse a analizar la situación. Pero lo único que sé, y lo único que me importa en este momento, es que ya no es lo mismo que antes. Y me da bronca. 
Okey, sin quererlo fui desagradable. Porque quería cuidarte. No fue la mejor manera, pero al menos me preocupo por vos. ¿Qué me gané con eso? Que no me hables más. Está bien. Yo tampoco te voy a hablar más. A partir de ahora, decido que lo que hagas me chupa un huevo. No más opiniones, no más palabras desagradables, no más distanciamiento. Indiferencia. Es lo que planeo hacer con vos.
Ya no me voy a gastar en ponerme celosa porque publicás en el muro de todos, menos en el mío. Así como vos ya no me contás más nada, yo no te voy a contar más nada. Ojo por ojo. Creo. Hasta que no me preguntes, no me voy a ver en la necesidad de comentarte los últimos sucesos de mi vida. A lo mejor, si se da la oportunidad, te pregunte algo yo. Espero aguantar.
Está bien, no me invites a ningún lado, no me llames, no me hables. Yo tampoco te voy a invitar, no te voy a llamar, no te voy a hablar. Después de todo, me lo gané. 
Tengo que aprender a ser más reservada. A lo mejor, practico con vos. Voy a hacer como un experimento: a ver cuánto aguanto sin contarte nada. Ni a vos, ni a nadie, como para hacer un experimento más amplio. Voy a guardarme todo. Y si necesito sacarlo, emplearé mi blog, o una página de Word. 
Basta de contarnos cosas. Está bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario