domingo, 28 de octubre de 2012

El gato entre las palomas.

A ver, cómo te digo esto sin parecerme a vos.
No sé si lo que me da bronca es tu falta de.. ¿Qué te falta? ¿Legitimidad? No es esa la palabra.. Verosimilitud. Sí, tal vez. No sos verosímil, a mi parecer.
Por ciertas razones, yo creí que mi aversión hacia vos se debía simplemente a que había conocido tu existencia bajo circunstancias desfavorables para una buena relación. Pero hoy, estoy aprendiendo que tener gustos en común no hace que dos personas puedan llevarse bien. Vos y yo no nos llevamos bien, ni mal, ni nos llevamos. Y la verdad no planeo cambiar esto; no tengo el más mínimo interés en saludarte o invitarte a mi cumpleaños. De hecho, acabo de decidir, no lo voy a hacer, no voy a dar el brazo a torcer como hice anteriormente, obligándome a mí misma bajo las palabras "no seas forra, va a quedar afuera, y en definitiva no te hizo nada".
No tengo un hecho concreto por el cual hacerte la cruz (?). O tal vez sí. Es que ¿Pueden ser tan pocas las personas que vean a un gato entre las palomas(tengoqueterminardeleeresecuento,peroeltítuloilustraestaentrada)? Me sobran los dedos de una mano para contar quienes estén de acuerdo conmigo.
Es buena piba. Te cagás de risa. Ay, tiene cara de nenita, mirá esos cachetes. Es calladita.
Nada de eso me convence. Nada.
Las personas no suelen caerme mal por cualquier cosa. A veces incluso intento ser tolerante. Sólo existen 3 personas con quienes no tengo interés de hablar. Las tres bastantes diferentes entre sí, pero parecidas en algún punto.
Y.. no tengo más nada que decir. Tengo sueño, deseaba escribir algo, y cada vez que desafortunadamente aparecés en mi inicio, mi ceño se frunce ligeramene. Apareciste, y escribí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario