Tengo que dejar de mentirme a mí misma. No soy quien creo ser, no aparento lo que espero aparentar. Hm… creo que tiene más que ver con la imagen. No proporciono el perfil deseado. Eso corre en mi contra ¿verdad?
Dicen que el que calla otorga, y tus silencios son realmente preocupantes. A menudo me trae sin cuidado la opinión de los demás (mentira), pero la tuya, seguro, me importa. Esa presión, que probablemente sea autoimpuesta, de querer cumplir con las expectativas, de no romper idealizaciones, por si te aferrás a ellas y abandonás todo lo que no se le parezca. Tanteo sin ver, trato de adivinar con unas pistas ínfimas, casi ausentes. ¿Qué es lo que buscás? Tenés que ser vos. ¿Y si yo no soy lo que esperás? Vos sí lo sos, y aunque sea una imbécil admitiéndolo, te quiero cerca. Muy cerca. ¿Cómo demostrártelo sin asustarte? ¿Cómo puedo saber qué es lo que pasa por tu cabeza? Es obvio que no decís todo lo que pensás; yo tampoco lo hago. Critico el rosa, pero ya estoy muy lejos de ser azul. Arrancás palabras rosas, que mueren en la punta de la lengua, forzadas por el exterior azul. Tenés que ser azul, él todavía lo es. Todavía Sabby restringe a Artemisa, si bien ésta última se encarga de varias cosas.
Espero ansiosa señales que me permitan avanzar. Lográs ser tan cariñoso y tan distante a la vez, que me llenás igualmente de calidez e incertidumbre. Una vez dije: lo peor es la duda. Y dudo, todo el tiempo. Cuando tus palabras no son ni blanco ni negro, probablemente en busca de meterle misterio al asunto. Es decir, esto empezó así ¿no? Pero ya me parece que es hora de hablar claro (paciencia, todavía no, todavía no). Blanco o negro; o, mínimamente, si se trata de un gris claro o un gris oscuro. Para dónde va el asunto. Hace poco más de un mes dejamos de movernos. Giramos en torno a lo mismo; y por la ventanilla siempre veo el mismo paisaje que rodea la rotonda. ¿Qué camino tomaremos a continuación? Ups, el conductor parece no entender el mapa, no se decide por ninguna ruta. ¿Cuál es el siguiente destino? ¿El Caribe o la Antártida? Por momentos temo que te vayas con algún pingüino.
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